Cuando yo era pequeña, mi madre nos inscribió a mis hermanos y a mí en un centro cultural que quedaba frente a lo que en aquel entonces se llamaba Plaza Rafael Urdaneta (hoy el Parque Rafael Urdaneta). Muchos lo recordarán, se llamaba Sopotocientos (Dios… siento que acabo de revivir un dinosaurio, jejejeje), allí inscribían a los niños para que recibieran clases de música, pintura, danza, manualidades y, en mi caso, teatro. Recuerdo que tenía un pequeño teatro donde presentábamos nuestras obras, hermosas áreas verde, un parque (donde jugué, corrí y me ensucié hasta el cansancio) y una biblioteca. En estos días mi hermana añoraba con agrado este lugar, para mí recinto sagrado: aún percibo el olor de ese sitio, tengo fresca en mi memoria la ubicación de los libros en los estantes, los desniveles que separaban las áreas, las pequeñas sillas y, sobre todo, la gran alfombra verde donde me tumbaba y pasaba toda la tarde envuelta en todas aquellas historias fantásticas que me devoraba, unas tras otras y, cuando podía, me llevaba los libros a mi casa… lástima que ese lugar ya no funcione.
Así transcurrió mi niñez, entre la lectura y la escritura de pequeños cuentos, el teatro y la danza, dos de mis grandes pasiones. Cuando llegué a bachillerato, específicamente a 8vo. Grado, llegó la gran oportunidad para mí: un concurso de cuentos. Como buena estudiante me acerqué hasta donde mi profesora de Castellano, a quien le decíamos La Polla (no recuerdo su nombre) con mi propuesta, una historia fantástica por supuesto, y para mi sorpresa su respuesta fue casi un regaño, pues lo que quería escribir no se trataba sobre la realidad y, según ella, debía escribir sobre la realidad y debía obviar la fantasía, porque la fantasía no me llevaría a ninguna parte… aún recuerdo lo que sentí, fue tan decepcionante, triste y frustrante que más nunca volví a tocar un lápiz y un papel (por lo menos para escribir por placer) y a pesar de haber estudiado Letras en la universidad el sólo pensar en hacerlo crea una angustia inmensa en mí, al punto casi de sentarme a llorar, le tengo temor, pavor, pero cómo quisiera hacerlo de nuevo. No odio a mi profesora, pero creo que es la razón por la cual siempre me agarro cuando critican las obras fantásticas y de ciencia ficción (otra de mis grandes pasiones), como también reconozco que por culpa de ella le tengo tanto temor a escribir.
Pero quiero superar este miedo y creo que este blog me ayudará a hacerlo, no es un diario, no hablaré de mis sentimientos ni de cosas profundas (como política y economía), quiero divertirme, tocar temas relajantes, divertidos y light, digeribles para todos. Espero haber tenido un buen comienzo…
Así transcurrió mi niñez, entre la lectura y la escritura de pequeños cuentos, el teatro y la danza, dos de mis grandes pasiones. Cuando llegué a bachillerato, específicamente a 8vo. Grado, llegó la gran oportunidad para mí: un concurso de cuentos. Como buena estudiante me acerqué hasta donde mi profesora de Castellano, a quien le decíamos La Polla (no recuerdo su nombre) con mi propuesta, una historia fantástica por supuesto, y para mi sorpresa su respuesta fue casi un regaño, pues lo que quería escribir no se trataba sobre la realidad y, según ella, debía escribir sobre la realidad y debía obviar la fantasía, porque la fantasía no me llevaría a ninguna parte… aún recuerdo lo que sentí, fue tan decepcionante, triste y frustrante que más nunca volví a tocar un lápiz y un papel (por lo menos para escribir por placer) y a pesar de haber estudiado Letras en la universidad el sólo pensar en hacerlo crea una angustia inmensa en mí, al punto casi de sentarme a llorar, le tengo temor, pavor, pero cómo quisiera hacerlo de nuevo. No odio a mi profesora, pero creo que es la razón por la cual siempre me agarro cuando critican las obras fantásticas y de ciencia ficción (otra de mis grandes pasiones), como también reconozco que por culpa de ella le tengo tanto temor a escribir.
Pero quiero superar este miedo y creo que este blog me ayudará a hacerlo, no es un diario, no hablaré de mis sentimientos ni de cosas profundas (como política y economía), quiero divertirme, tocar temas relajantes, divertidos y light, digeribles para todos. Espero haber tenido un buen comienzo…
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